Un día cumplí mi sueño de ser Cantautor
e hice música de mi poesía.
No llené un estadio ni una sala pequeñita,
tan soló un balcón con mis amigos
y la cafetería del pueblo donde pasaba mis tardes.
No saqué un disco con una grande productora,
estuve una semana durmiendo en el piso de mi amigo
mientras grabamos una sola canción.
Y no imaginas que maravilloso fue levantarse,
hacer deporte, desayunar, grabar y pelearnos,
hasta que llegó Diana con su hermosa voz.
Luego cada uno volvió a su País,
y de “Palavras no Ar”, nuestro proyecto,
todavía quedan brasas a expensas de ser avivadas.
Tal vez un día, llenemos de nuevo
la cafetería del pueblo, a la que
nuestros amigos vienieron a escucharnos.